Florencio
Sillón de corte racionalista, esencial y estético. Blanco y negro, elegancia y comfort. Contrastes marcados en su color y formas a través del diseño en la tensión y des-tensión de su arquitectura.
Líneas rectas y espalda en absoluto descanso. Su funcionalidad y formato de mini-hamaca es una delicia para las dorsolumbares que reposan en armonía gravitatoria.
Debe su nombre a la trama de la fachada de la preciosa catedral de Santa María de la Flor (Florencia). Un guiño moderno a una maravilla arquitectónica del primer Renacimiento Italiano.
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